La llegada de las redes sociales no solo ha dado lugar a una nueva forma de comunicarnos y relacionarnos, sino que también ha dado lugar a la aparición de nuevas profesiones y roles laborales. El más conocido es el de influencer. Y aunque muchas personas siguen sin considerarlo un trabajo de “verdad”, lo cierto es que ya está amparado bajo una ley en la que se describen sus derechos y obligaciones. Hoy analizamos cómo tributan los influencers, estos nuevos creadores de contenido digital que las marcas se sortean cuando tienen muchos seguidores.
¿Bajo qué Ley se regula el trabajo de influencer?
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El 9 de junio de 2022 entró en vigor la Ley General de Comunicación Audiovisual, un nuevo texto legal revisado sobre este sector profesional y en el que se recoge por primera vez el papel de los influencers.
Lo que se persigue con esta Ley, además de dejar claro cómo es el trabajo, los derechos y las obligaciones de estos profesionales, es proteger a los consumidores y promover una “influencia” clara y honesta dado el impacto que puede tener en la audiencia actual.
¿Cómo se define un influencer en esta Ley?
Como se define en el artículo 94.2 de la citada Ley, un influencer es una persona de especial relevancia, con una audiencia significativa en los canales sociales y que tiene la capacidad de influir en las opiniones y decisiones (de compra) de sus seguidores.
En definitiva, presta un servicio de comunicación audiovisual con fines comerciales al emplear el intercambio de vídeos en plataformas para incentivar la compra de productos o servicios y que, por lo tanto, debe tener la responsabilidad editorial sobre esos contenidos que emite.
¿Cómo tributa la actividad económica de los influencers?
Precisamente, uno de los aspectos que se tienen en cuenta para diferenciar y valorar la relevancia que tiene un influencer es la cantidad de ingresos que percibe por publicar contenidos audiovisuales. Y por otro lado, también se tiene en cuenta el lugar desde dónde realiza esa actividad, es decir, si está establecido y tiene residencia fiscal en España.
En función de estos dos aspectos (económico y residencia), un influencer tendrá la obligación de tributar los ingresos que le genera su trabajo para lo que debe darse de alta en el Censo de Empresarios. Así no solo podrá tributar por su actividad, sino que también podrá cotizar en el Régimen de la Seguridad Social como un trabajador autónomo más.
Por lo tanto, los influencers no tienen ningún régimen fiscal especial, sino que tributan como los autónomos: deberán darse de alta en el IAE, tributar el IVA de sus servicios conforme a la legislación vigente y emitir facturas que correspondan por los servicios prestados, así como las correspondientes retenciones del IRPF si están obligados.
En todo caso, si eres una de esas personas que genera altos ingresos que le permiten dedicarse íntegramente a generar contenido para las redes sociales, no está de más que dejes todos estos asuntos en manos de un equipo como el que te espera en JDV Consultants.
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